HOMENAJE A PAZ ALTES

A PAZ ALTÉS




Han pasado 18 años desde que el Taller de Creación Literaria “Cuéntame un cuento que no te sepas” empezó su andadura en el ámbito público que nos brindó el Ayuntamiento de Valladolid, gracias a la confianza que en 1993, Teresa Cuadrado –a quien me alegro mucho de encontrar aquí esta tarde- depositó en mí y en mi sueño.

En todo este tiempo no hemos dejado de tener el apoyo incondicional e inteligente de Paz Altés, tu apoyo:

Gracias a tu intervención se pudieron llevar a cabo estos 18 cursos y las 9 ediciones del libro colectivo del Taller.

También nos abriste las puertas de la Feria del Libro en varias ocasiones, para que instaláramos nuestra “Unidad de Primeros Auxilios Literarios”, que aún perdura en la memoria de quienes se acercaron allí.

Por tu saber entender y sentir -que es la misma cosa-, hemos disfrutado los cuatro últimos años de la ubicación del Taller en esta Casa, el lugar más idóneo en la ciudad, porque los escritores siempre han crecido a la sombra del espíritu y las palabras de otros escritores, nutriéndose de ellos.




Sabemos que los lingüistas dicen que el Nombre Propio que nos ponen al nacer, no tiene ningún significado, no es como los demás nombres –mesa, camino, amigo...-. Que el Nombre Propio sólo es un sonido, dice Russell, pero un sonido que no se escucha con los oídos como las demás palabras, sino que se siente, tanto que a veces puede despertarnos del coma profundo, como sabemos.

Y tu Nombre Propio, PAZ ALTÉS -que no se prodiga nunca demasiado-, ha hecho sentir, a los integrantes del Taller de Creación Literaria, durante todos estos años:

-Que las cosas que merecen la pena y perduran, se hacen en silencio.
-Que la constancia y el gusto por el trabajo bien hecho, dan sus frutos.
-Que a la inteligencia hay que protegerla de la ambición, de la fama del propio Nombre Propio y otros ruidos semejantes, para que no sea estorbada y pueda brillar.

Pero hoy, ahora, es el momento de nombrarte.
Nos vamos de aquí. El Taller de Creación Literaria empieza este curso una nueva etapa, fuera del ámbito público que tú tanto defendiste.

Pero nos llevamos el aire tranquilo, serio, callado e inteligente que se respira en esta Casa, gracias a ti y al buen hacer de cuantos trabajan en ella.

A cambio os dejamos nuestras palabras más verdaderas -que no otra cosa es la ficción-, entre estas paredes o enredadas entre los rosales del jardín.

Ahora es el momento de nombrarte:

Gracias, Paz, por TODO y por TI.


Mª Ángeles Jiménez