cojera perro

No siempre es así, al menos no en los estadios iniciales de la artrosis canina, ya que el perro afectado por la misma tiende a evitar cualquier presión sobre la articulación que le duele, desplazando el peso a otras articulaciones no afectadas de manera que es posible que pase desapercibido que sufre dolor. Mantiene por tanto la movilidad, incluso es capaz de seguir a su propietario en largos paseos y jugar durante los mismos.
De hecho en estas fases iniciales de la artrosis canina, la cojera de perro suele ser intermitente y estacional, agravándose en los meses más fríos del año.
Es en fases más avanzadas de la artrosis, al progresar la degeneración que sufre el cartílago articular, cuando el animal ya no puede ocultar el dolor y cojea de forma continua, evita el movimiento e, incluso, muestra dolor con la simple palpación de las articulaciones afectadas.
En estas fases de la artrosis canina el perro suele mostrar también dificultad para ponerse en pié o para sentarse y tumbarse, parece haber perdido el interés por los paseos diarios, e incluso, en algunos casos por la comida, estando más irritable de lo habitual a causa del dolor.